2 Llegó a Jerusalén con gran número de camellos que traían aromas,
gran cantidad de oro y piedras preciosas; llegada que fue donde Salomón, le
dijo todo cuanto tenía en su corazón.
3 Salomón resolvió todas sus preguntas. No hubo ninguna proposición
oscura que el rey no le pudiese resolver.
4 Cuando la reina de Sabá vio toda la sabiduría de Salomón y la casa
que había edificado,
5 los manjares de su mesa, las habitaciones de sus servidores, el porte
de sus ministros y sus vestidos, sus coperos y los holocaustos que ofrecía en
la Casa de Yahveh, se quedó sin aliento,
6 y dijo al rey: «¡Verdad es cuanto oí decir en mi tierra de tus palabras
y tu sabiduría!
7 No daba yo crédito a lo que se decía hasta que he venido y lo he
visto con mis propios ojos, y hallo que no dijeron ni la mitad. Tu sabiduría
y tu prosperidad superan todo lo que oí decir.